Rogaba la rosa a la fuente unas gotitas de agua,
que calmaran su sed y sus ansias de vida.
¡Ay! marchita esperanza, su gemela decía,
que tus pétalos caen y te quedas desnuda.
Y afligida lloraba la rosa, sintiendo pasar el tiempo,
mirando pasar el día, mirando llegar la luna.
Arantxa Sampedro.
